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12 mujeres esenciales en astrofísica nuclear (parte II)

Título del artículo original: Women Scientists Who Made Nuclear Astrophysics

Autores: Christine V. Hampton. et al.

Institución del primer autor: Hampton Consulting, LLC, Okemos, Estados Unidos

Estado de la publicación: publicado en Springer Proceedings in Physics, acceso abierto en arXiv.

Volvemos de publicidad

Se acaba Febrero, el mes mundial de la Mujer y la niña en la ciencia, y desde Astrobitos te traemos una pequeña lista de mujeres que fueron clave en el desarrollo de la astrofísica nuclear. ¿Cómo? ¿Qué no sabes de que te hablo? Entonces primero ve y échale un vistazo al post con las 6 primeras excelentes científicas de nuestra lista, luego ya puedes ver las siguientes (en realidad no hay ningún orden que te prohíba leer primero este post y luego el otro.)

Alguien dijo una vez que segundas partes nunca fueron buenas, claramente no había visto El Imperio Contraataca, y para añadir más excepciones a esa regla hoy completamos nuestra lista con otras 6 extraordinarias mujeres que sobresalieron en una época en la que no era nada fácil.

Georgeanne (Jan) R. Caughlan (1916-1994)

Figura 1: Retrato de Georgeanne Caughlan. (Crédito: Biblioteca de la Universidad Estatal de Montana)

Esta vez empezaremos por una mujer que siguió una carrera inusual comparada con el resto. Estudió en la universidad de Washington y obtuvo su grado en física en 1937, tras esto se dedicó completamente a cuidar de sus 5 hijos. No fue hasta 20 años más tarde que volvió a la universidad como instructora, y luego con una beca de investigación de verano estudió la generación de energía estelar, y finalmente obtuvo su doctorado a la edad de 48 años. Su recopilación de ratios de reacciones nucleares fue esencial para establecer la teoría de nucleosíntesis estelar (los artículos que publicó con los resultados llegaron a conocerse como la biblia de la astrofísica nuclear). En 1965 calculó que, si una estrella tenía una masa superior a 30 veces a la nuestro Sol, el ciclo CNO provocaría que los átomos de nitrógeno fuesen 100 veces más numerosos que los de oxígeno y carbono, este hallazgo permitió descubrir varias estrellas que estaban a punto de morir ya que su espectro mostraba este exceso.

Edith Alice Müller (1918-1995)

Figura 2: Edith Alice Müller. (Crédito: Mujeresconciencia)

Edith fue una de las pocas mujeres de esta lista que hablaba español ya que nació en Madrid, aunque luego se fue a estudiar a Zúrich donde se doctoró en matemáticas con “Aplicación de la teoría de grupos y análisis estructural de la decoración mora en la Alhambra de Granada”. Esta tesis relacionaba los diseños con la ciencia, algo que en la época los historiadores creían que eran tan solo artesanía. Hasta aquí nada parece indicar que la astronomía iba a ser parte de su vida, pero entonces se fue a trabajar al observatorio de Zúrich, pasó también por la universidad de Michigan y de Basel hasta que en 1962 consiguió una plaza de profesora ayudante en la universidad de Neuchâtel. Durante todo ese tiempo trabajó en observaciones y teorías sobre la atmósfera solar, y publicó un importante artículo sobre la composición de la misma que fue la regla de oro durante 20 años. En 1976 se convirtió en la primera mujer presidenta de la Unión Astronómica Internacional.

E. Margaret Peachey Burbidge (1919-2020)

Figura 3: Margaret mirando dispositivas astronómicas en la reunión de la Sociedad Astronómica Americana de 1980. (Crédito: Archivos visuales de Emilio Segre/Instituto Americano de Física)

Nació en Davenport y en 1939 se graduó en el University College de Londres en matemáticas, física y astronomía, y 4 años más tarde se doctoró haciendo un estudio de espectroscopía de las estrellas Be. Años más tarde se casó y se mudó a Estados Unidos, donde solicitó una beca para hacer investigaciones en el Observatorio del Monte Wilson, en California, la cual no consiguió ya que el resto de personas candidatas más méritos que ella. Bueno, esto último quizá ocurrió en un universo paralelo, en el nuestro ni si quiera leyeron su solicitud por ser una “no-hombre”. Por suerte, su marido era “si-hombre” y en 1955 se convirtió en investigador del observatorio lo que le permitió a ella acceder en calidad de asistente. Durante su carrera trabajó en varios centros y observatorios de Estados Unidos, y si te impresionó que Toshiko Yuasa llegase a escribir 100 artículos durante su carrera, ¡¡Margaret fue autora de casi 400!! Uno de los más importantes trataba sobre la síntesis de elementos químicos en las estrellas, y ayudó a comprender como se forman todos los elementos que hay en universo. También investigó quásares y galaxias, y colaboró en el desarrollo del espectrómetro del Telescopio Espacial Hubble, con el que descubrió que la galaxia del Cigarro tenía un agujero negro supermasivo en el centro. Fue la primera mujer directora del Centro de Astrofísica y ciencias del espacio de la Universidad de California, también fue directora del Real Observatorio de Greenwich, aunque sin ser Astrónoma Real, título que solían dar automáticamente desde el siglo XVII. A lo largo de su vida recibió numerosos logros, reconocimientos y premios, alguno incluso llegó a rechazarlo por considerarlo discriminación contra la mujer.

Erika Helga Ruth Böhm-Vitense (1923-2017)

Figura 4: Erika Helga Ruth Böhm-Vitense. (Crédito: Alchetron Encyclopedia)

Nacida en Alemania se graduó en la Universidad de Kiel en 1948, comenzó a trabajar en los coeficientes de absorción continua en función de la presión y la temperatura en el Sol y tres años más tarde obtuvo su doctorado, y el premio de la universidad a la mejor tesis. Luego comenzó a estudiar la zona de convección de hidrógeno del Sol, trabajo que ha sido ampliamente citado hasta el día de hoy. Tras casarse pasó un año visitando observatorios y universidades con su marido, y finalmente él consiguió trabajo de profesor en Kiel. Aún así ella siguió trabajando y fue la primera científica en describir de forma precisa la zona convectiva mixta en interiores estelares, combinó teoría y observaciones de objetos como estrellas de helio, super-gigantes y cúmulos abiertos. Su fundamental estudió se ha usado durante los 50 años siguientes en simulaciones de evolución estelar. En 1968 se mudaron a la Universidad de Washington donde ella comenzó a trabajar como investigadora, años más tarde consiguió la plaza de profesora y eventualmente fue nombrada profesora emérita.

Dilhan Ezer Eryurt (1926-2012)

Figura 5: Dilhan Ezer Eryurt. (Crédito: Heavy.com/Creative Commons)

Considerada la madre de la astronomía en Turquía, se graduó en la Universidad de Estambul y terminó su doctorado en 1953 en la Universidad de Ankara, donde consiguió una plaza de profesora asociada. Su falta de experiencia con los ordenadores hizo que en 1959 se fuese a Canadá y Estados Unidos para aprender como usar los ordenadores en su investigación, luego estudió modelos estelares en el Observatorio de Goethe Link. Esta experiencia le permitió trabajar en el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA en 1961, donde estudió la evolución del Sol. Fue la primera persona turca en trabajar en la NASA, y por supuesto era la única mujer que trabaja en el centro. Sus estudios revelaron que el Sol era más brillante y caliente en el pasado de lo que es hoy en día, y ayudaron a comprender mejor la superficie Lunar, así como a mejorar el diseño de los trajes y naves espaciales que llevaron al Apolo 11 por primera vez a la Luna. En 1969 le dieron un premio en reconocimiento por su trabajo para la NASA, donde siguió trabajando varios años más hasta que volvió a Turquía en 1973, momento en el que creó la rama de astrofísica en el departamento de física de la Universidad Técnica del Medio Oriente. Trabajó en esta universidad hasta que se retiró, llegó a ser directora del departamento e incluso decana de la facultad de ciencias.

Beatrice Muriel Tinsley (1941-1981)

Figura 6: Beatrice Tinsley. (Crédito: Smyth Academy)

Para terminar os traigo algo de música, ya que Beatrice llegó a ser una gran violinista, y también le encantaba el baile, la equitación y la literatura. Con solo 14 años ya la habían adelantado de curso en el instituto y tenía decidido que quería estudiar astrofísica, con tan solo 17 años entró a la universidad y ya en 1963 terminó un master en ciencias. Se casó y se mudó a Dallas donde su marido, también astrónomo, le ofrecieron trabajo fijo. Ella trabajaba como profesora de instituto hasta que consiguió una pequeña beca de investigación, aunque para hacer el doctorado tuvo que recorrer más de 300 kilómetros a la semana hasta la Universidad de Austin. Y a partir de ahora es cuando empezó a brillar. Su tesis sobre la evolución de estrellas y el gas en las galaxias la realizó en tiempo record, y pasó a la historia como una de las pocas que resuelven un problema fundamental en su tesis, en su caso fue la evolución de galaxias. Como siempre, parte de la comunidad científica no creyó sus resultados hasta que no fueron comprobados con datos experimentales. En ese momento su fama despegó a nivel internacional, escribió muchos artículos, fue invitada a conferencias y como profesora invitada en muchas instituciones, aunque por desgracia no tenía un puesto fijo en ninguna universidad ni centro de investigación, lo que la obligaba a hacer malabarismos para poder cuidar de sus hijos, seguir tocando el violín en una orquesta y buscar trabajos con los que financiar su programa de investigación. Finalmente consiguió una beca de investigación en 1975, lo que de nuevo disparó su producción académica, publicó 60 artículos en 7 años, y también trabajó en varios libros sobre evolución galáctica. Esto hizo que fuese conocida como la mayor experta del mundo en el envejecimiento y la evolución de galaxias, así como en cosmología, donde era una de las pocas personas de la comunidad científica que defendía la expansión del universo y la necesidad de una constante cosmológica. Recibió innumerables premios y reconocimientos, y en 1978 fue la primera mujer en conseguir una plaza fija de profesora en el Universidad de Yale. Y aunque en ese mismo año se le detectó un cáncer que acabaría matándola, siguió trabajando sin descanso y su último artículo lo envió 10 días antes de morir, fue publicado de manera póstuma.

And that’s all folks

Hasta aquí nuestra lista y breve historia de 12 científicas que hicieron historia, aunque no salgan en muchos libros. Pero no creas que son las únicas, la lista podría hacerse mucho más larga si hablamos de otras ramas de la astrofísica. Y si ampliamos a cualquier rama de la ciencia… y aunque no podamos hacer nada para arreglar las injusticias sufridas en el pasado por colectivos que no eran del género, la religión o el color de piel estándar (a menos que tengas un Delorean que funcione, en cuyo caso contáctanos) siempre podemos recordar y celebrar sus historias.

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