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Trabajos de licenciatura

Las increíbles mujeres de Figuras Ocultas

Estas es una publicación invitada que fue escrita por Amanda Zettler, estudiante de pregrado en la Universidad de Connecticut, para una tarea en la clase de Fundamentos de Astrofísica Moderna en el otoño de 2019, impartida por la profesora Cara Battersby. Como parte del curso, a los estudiantes se les asignó la tarea de escribir un resumen al estilo de ‘Astrobites’ de un tema de astronomía. Amanda estudia Física con una especialización en Astrofísica y es asistente de investigación en un laboratorio de óptica en la universidad.


La película y el libro del 2016, Figuras Ocultas (Hidden Figures, en inglés), sacó a la luz las numerosas contribuciones de las mujeres negras en la astrofísica. El libro Hidden Figures destaca las experiencias de tres mujeres en específico: Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, y la película llevó sus historias a una audiencia aún mayor. Estas mujeres llevaban vidas extraordinarias que a menudo se veían eclipsadas por los logros de sus colegas blancos. Esta representación de las mujeres negras en astrofísica ha sido inmensamente importante al mostrarles a las mujeres jóvenes y a las personas de color que pueden superar obstáculos y tener éxito en astrofísica.  Como dice la crítica cinematográfica del The New Yorker: “La virtud básica de Figuras Ocultas […] y es extraordinaria, es proclamar con una claridad vital que, si no fuera por los esfuerzos dedicados, únicos e indispensables de tres mujeres científicas negras, los Estados Unidos no hubieran podido enviar con éxito a la gente al espacio o a la luna y viceversa”.

Las mujeres de Figuras Ocultas y sus contrapartes cinematográficas. Crédito de la imagen: https://frontpagewoman.tumblr.com/post/154266433405

Las mujeres de Figuras Ocultas tienen historias y logros únicos. Katherine Johnson es el foco de la película y el libro y además posee muchos títulos profesionales, como una de las primeras tres personas en integrar la escuela de posgrado de Virginia Occidental, y una graduada universitaria con summa cum laude a la edad de 18 años. Sin embargo, su logro más memorable va más de estos logros: ella puso a la humanidad en órbita. Comenzó su trayectoria profesional como programadora/calculadora en el laboratorio de la NASA en la sección negra, analizando datos de pruebas de vuelo para un grupo de ingenieros. Cuando estos ingenieros fueron reasignados a la misión de John Glenn, ella los acompañó y lanzó su carrera de maneras inimaginables.

A pesar de las probabilidades, Katherine Johnson pronto se convirtió en quién escribiría las ecuaciones. El propio John Glenn dijo que si ella revisaba las ecuaciones y los números de su vuelo, entonces se sentía seguro y estaba listo para despegar. Trabajó incansablemente y, finalmente, lo que comenzó como un trabajo con números a través de una calculadora se convirtió en el camino para convertirse en una de las primeras mujeres en la NASA en ser coautora de un trabajo de investigación. En una época en la que el mundo de la física y los vuelos espaciales estaba dirigido por hombres blancos, Katherine Johnson no dejó que nada la detuviera.

Dorothy Vaughn también trabajó junto a Johnson durante este viaje. Fue contratada como programadora después de que Roosevelt firmó una ley que prohíbe la discriminación racial en la defensa pública. Sin embargo, las programadoras negras todavía estaban segregadas en un ala separada del Laboratorio Langley de la NASA. Finalmente fue promovida para liderar a las programadoras negras femeninas, convirtiéndose en la primera supervisora negra de la NASA. Se le dio acceso a todo el laboratorio, no sólo al ala segregada, y su inteligencia y creatividad finalmente pudieron florecer. Trabajó con programadoras blancas en proyectos como escribir un manual sobre máquinas de calcular. Cuando los ingenieros tenían tareas difíciles, le pedían específicamente que trabajara en ello. Luego pasó a trabajar en la División de Análisis y Computación y se convirtió en experta del lenguaje de programación FORTRAN. Su gracia y resistencia ante la discriminación son tan admirables como los cientos de diferentes problemas de codificación y computación que resolvió.

La historia de una mujer más aparece en Figuras Ocultas: la de Mary Jackson. Jackson luchó contra tantos prejuicios en su vida que aún así fue exitosa e inspiradora. Como mujer negra, nunca fue tomada en serio en su deseo de convertirse en ingeniera. Trabajó con Dorothy Vaughan como programadora, pero quería más. Finalmente logró este sueño cuando fue seleccionada para trabajar en el Túnel de Presión Supersónico de la NASA. Para cumplir con sus deberes en el puesto, necesitaría regresar a la escuela y tomar clases de ingeniería. Ella trabajaba a tiempo completo, por lo que su única opción eran las clases nocturnas ofrecidas en una escuela secundaria local segregada. Ella llevó su caso a la corte de la ciudad para luchar por su capacidad de participar en una clase completamente blanca, y ganó. Se destacó en sus cursos y recibió sus títulos de ingeniería. Jackson se convirtió en la primera ingeniera negra de la NASA y continuó estudiando el comportamiento de la capa de aire alrededor de los aviones, escribiendo alrededor de una docena de artículos sobre el tema durante su fructífera carrera.

Figuras Ocultas abrió una conversación mucho más grande sobre las mujeres negras en STEM (por su siglas en inglés de ‘Science, Technology, Engineering and Mathematics’). Las historias de estas tres mujeres dan a las astrofísicas negras de hoy en día un punto de referencia para hablar sobre sus propias experiencias. La película llegó a una amplia audiencia, ayudando a desestigmatizar a las mujeres negras sobre la discriminación en STEM, así como a los científicos no negros para reflexionar sobre cómo podrían reformar sus prácticas para ser mejores aliados con sus colegas. Figuras Ocultas también aborda el tema de la representación. Si las mujeres de color son elegidas en películas, a menudo se las representa como agresivas y ruidosas o hipersexualizadas. Figuras Ocultas trata a Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson como las astrofísicas brillantes y completas que eran. Los libros y la películas como estas pueden ayudar a los grupos que están sub-representados en STEM a creer en sí mismos y en sus habilidades, sin importar cómo se identifiquen. Al contar esta historia, muchas personas aprendieron qué obstáculos tuvieron que superar estas mujeres para alcanzar sus sueños y sacaron a la luz qué trabajo adicional se debe hacer para que STEM sea más inclusivo.

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