- Título: “Comparing Simulations of AGN Feedback“
- Autores: Mark L. A. Richardson, Evan Scannapieco, Julien Devriendt, Adrianne Slyz, Robert J. Thacker, Yohan Dubois, James Wurster, Joseph Silk
- Institución del primer autor: Sub-department of Astrophysics, University of Oxford, Ke- ble Road, Oxford, OX1 3RH
- Estado del artículo: Aceptado en The Astrophysical Journal
El zoológico de galaxias está repleto de especies de distintos tipos. Hay galaxias espirales que albergan grandes cantidades de gas y forman estrellas de manera eficiente. Hay otras que van incluso más al extremo, y forman estrellas de manera violenta y veloz, como son las galaxias con brote estelar. También las hay pasivas, aquellas que han consumido su gas y han cesado su fase de formación estelar para convertirse en galaxias “rojas y muertas”, como suelen llamarlas los astrónomos. Quizá unas de las galaxias más interesantes, y que albergan más misterios, son las que poseen núcleos con una alta actividad. Estos llamados “Núcleos Galácticos Activos” (AGN, por sus siglas en inglés) generan inmensas cantidades de energía producto un agujero negro supermasivo que habita en el centro; este agujero negro se va tragando gran cantidad de material que pasa por cerca de él. Los llamados discos de acreción que se forman a su alrededor alcanzan altas temperaturas y brillan tan intensamente que los AGN llegan a ser uno de los objetos más luminosos en el Universo.
Durante muchos años la comunidad astronómica ha intentado revelar los secretros detrás de los AGN, y un espectacular fenómeno que está presente en alguno de estos objetos ha sido descubierto: el de la retroalimentación (más comunmente conocido como feedback, por su denominación en inglés). Se ha observado que el agujero negro supermasivo de estos objetos es capaz de producir jets relativistas que inyectan energía al medio circundante. El fenómeno se denomina retroalimentación porque es precisamente la “respuesta” del agujero negro ante toda la cantidad de material que orbita y colapsa en él. Es su manera de decirnos “Estoy acá, soy la bestia que lo consume todo”.
El feedback no es un proceso sencillo de modelar, debido a que hay muchos factores que pueden afectar la cantidad de energía que se inyecta al medio, la geometría del proceso de eyección, y lo más importante de todo: en qué medida afecta esta energía a la galaxia anfitrión de este núcleo activo. Se cree que este tipo de mecanismos podrían ser los responsables del cese de formación estelar en algunas galaxias, aunque este tema sigue siendo objeto de debate en la actualidad. Debido a la dificultad para entender este problema, mucha gente, como los autores del artículo que revisaremos hoy día, se dedican a realizar simulaciones computacionales de retroalimentación de AGN para entender de mejor manera el fenómeno.
Existen distintos métodos para estudiar fenómenos astrofísicos mediante simulaciones computacionales. Uno de los métodos más famosos es el denominado Smoothed particle Hydrodynamics (SPH), el cual simula los fluidos y sus movimientos mediante un conjunto finito de partículas con una determinada masa y resolución espacial. El algoritmo computacional se encarga de resolver las ecuaciones de movimiento Lagrangianas para las partículas, y así modelar cómo será el comportamiento de este fluido a medida que el tiempo transcurre. Otro método muy recurrente utilizado en la astrofísica computacional es el llamado Adaptive Mesh Refinement (AMR), en el cual, en vez de trabajar directamente con partículas de resolución finita, se crea una grilla con muchas celdas dentro las cuales el fluido se mueve. El algoritmo resuelve las ecuaciones de movimiento de Euler para seguir el comportamiento del fluido, y en aquellas regiones de interés en donde se requiera una mayor resolución para estudiar el fenómeno, es posible construir una grilla aún más fina que se encargue de seguir en mayor detalle el movimiento.
En el artículo, los autores simulan un volumen del Universo que en su centro posee un cúmulo de galaxias bastante masivo. Este cúmulo tiene galaxias de distintos tipos, y en sus regiones centrales alberga galaxias con núcleos activos, las cuales son capaces de producir mecanismos de retroalimentación que inyectan energía a su entorno. La tasa de inyección de energía de estas galaxias simuladas es modelada de tal forma que concuerde con algunas cantidades observacionales que son relativamente conocidas, como por ejemplo la relación entre la masa del agujero negro supermasivo y la dispersión de velocidad de las estrellas que lo rodean. En este trabajo se pretende estudiar la retroalimentación de AGN usando los dos métodos numéricos mencionados anteriormente (SPH y AMR) pero en la misma región con las mismas galaxias, de tal forma de poder entender de mejor manera el proceso y ver si los resultados son similares utilizando dos métodos distintos.
En la Figura 1 se puede apreciar la simulación utilizada en el artículo en todo su esplendor. El panel izquierdo muestra la densidad del gas en cada zona de la simulación: es posible apreciar que la materia se agrupa en filamentos (la conocida red cósmica que hemos visto en Astrobitos anteriores). Las regiones donde estos filamentos se interconectan poseen altas densidades, y es posible encontrar cúmulos de galaxias, como el demarcado por el círculo blanco en el centro de la figura. El radio aproximado de este cúmulo corresponde al radio del círculo. Los paneles centrales y derechos muestran la temperatura de estas partículas de gas a lo largo de la simulación. Los paneles superiores muestran los resultados de la simulación que utiliza el método AMR, mientras que los paneles inferiores muestran lo que ocurre al utilizar el método SPH.
Al ver la distribución de temperatura del gas, es posible notar que el cúmulo de galaxias al centro de la imagen está rodeado por grandes “burbujas” de gas caliente: este material corresponde precisamente al gas que es calentado producto de la retroalimentación de un AGN que se encuentra en el centro. El círculo blanco mencionado anteriormente representa el radio aproximado de este cúmulo. ¡Es muy interesante notar que la energía estrepitosa de este núcleo activo tiene efecto en regiones que van mucho más allá del radio del cúmulo! No es difícil imaginar que un evento de tales características pudiera elevar tanto la temperatura de una galaxia como para suprimir completamente su formación de estrellas. Los dos métodos numéricos parecen capturan de forma similar el proceso de inyección de energía de los núcleos galácticos activos, con leves diferencias en la temperatura de las partículas de gas, lo cual tiene que ver con algunas diferencias en la implementación de ambos códigos, como por ejemplo los errores numéricos asociados a cada uno, cómo se modela la viscosidad, la entropía, y otras cantidades termodinámicas.
En la Figura 2 se muestra cómo varía la cantidad de masa contenida dentro del cúmulo de galaxias en función del redshift (que es una medida del tiempo transcurrido desde el inicio de la simulación). Las líneas verdes y rojas muestran los resultados de las simulaciones mencionadas anteriormente, para el caso del método AMR y SPH, respectivamente. Las líneas negras y azules corresponden a simulaciones que también utilizan estos métodos, pero que no incluyen retroalimentación de AGN. Cuando observamos la evolución de la masa total del cúmulo en función del tiempo (panel izquierdo superior) no se observan mayores sorpresas: la masa aumenta en función del tiempo, a medida que el cúmulo acreciona más y más materia producto de su inmensa gravedad. Sin embargo, cuando dividimos la masa en sus componentes de materia oscura y de bariones (gas) observamos algo sorprendente: ¡las simulaciones que incluyen retroalimentación de AGN poseen un cúmulo que en promedio tiene un 30 por ciento menos de bariones, que en el caso sin retroalimentación! La explicación de esto es que el feedback de AGN es tan energético que una buena parte del gas es expelido de las galaxias a grandes velocidades, removiendo parte de la masa. Como además este gas fue calentado a altas temperaturas, es más difícil que vuelva a colapsar hacia las regiones centrales, al menos por bastante tiempo.
Estas simulaciones numéricas nos enseñan lo peligrosas que pueden llegar a ser estas bestias negras que habitan en los centros de todas las galaxias cuando son alimentadas sin precaución. Si usted o alguno de sus familiares llega a toparse con un agujero negro supermasivo alguno de estos días, procure no alimentarlo más de la cuenta, le aseguro que no pasaría un momento grato.
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