Crédito de la portada: NASA/Goddard/SDO
Datos del artículo científico:
- Título: Modelling two Energetic Storm Particle Events Observed by Solar Orbiter Using the Combined EUHFORIA and iPATH Models
- Autores: Zheyi Ding, Gang Li, Glenn Mason, Stefaan Poedts, Athanasios Kouloumvakos et al.
- Institución del primer autor: Centre for mathematical Plasma Astrophysics, KU Leuven, 3001 Leuven, Belgium
- Estado de la publicación: Aceptado en A&A, acceso abierto en arxiv.
Las emisiones de la corona solar
La capa más externa del Sol es la corona y se caracteriza por tener fuertes campos magnéticos, baja densidad de materia y temperaturas de unos dos millones de grados centígrados. Cambios en la configuración del campo magnético del Sol pueden provocar que la materia de esta región salga disparada hacia el sistema solar, lo que se conoce como eyecciones de masa coronales (CME, por sus siglas en inglés). Estas eyecciones son muy energéticas y pueden incluso llegar a alterar el campo magnético terrestre produciendo tormentas solares. Los detalles sobre cómo se aceleran y transportan estas partículas energéticas por el medio interplanetario está todavía por refinar ya que no se entiende la diferencia de comportamientos que se observa entre las diferentes detecciones de tormentas solares.
Mismo lugar, muy seguidas pero distintas
El satélite espacial Solar Orbiter (o SolO) detectó el 30 de agosto y el 5 de septiembre de 2022 dos tormentas solares debidas a dos eyecciones de masa coronales producidas en la misma región activa del Sol. Dado que se produjeron una tras otra desde la misma región, no sería de extrañar que las tormentas que provocaron fueran similares. Sin embargo, como se muestra en la Figura 1, difieren en aspectos claves para entender la propagación del material solar expulsado al sistema solar.
El periodo marcado como ESP (tormenta energética de partículas, por sus siglas en inglés) es el tiempo que tarda en pasar la onda de choque por el satélite SolO. La tormenta de agosto apenas dura unas 7 horas mientras que la de septiembre dura 16 horas. Además, en la fase anterior a la tormenta de septiembre hay una inversión de las intensidades de las partículas que no se observa en agosto. En esta fase, hay más intensidad de partículas más energéticas que de baja energía y durante la tormenta la tendencia se revierte para volver a la ordenación usual. Esta inversión es muy poco común y solo se conoce otro evento en noviembre de 2020 donde ocurrió esto.
Para entender con mayor claridad qué está sucediendo, el equipo investigador representa los perfiles de energía a distintos tiempos de la tormenta (Figura 2). Para el evento de agosto, el perfil de energías en todo momento decae como E-2, que es la tendencia que usualmente se detecta para este tipo de eventos. Sin embargo, antes de la tormenta de septiembre, el perfil tiene pendiente positiva (correspondiente a la inversión de la Figura 1) pero cuando vuelve a decaer lo hace con un perfil proporcional a E-1.
Uniendo modelos para entender las tormentas
Para entender las características de las tormentas solares, el grupo de investigación ha unido modelos de la corona solar y del medio interplanetario. La forma de la CME reconstruida para cada uno de los eventos difiere significativamente ya que la envoltura de la eyección es una envoltura uniforme en el evento de agosto, mientras que en el de septiembre muestra dos picos. La forma irregular de la eyección de septiembre hace que sufra una fuerte deceleración conforme avanza por el medio interplanetario haciendo que la envoltura se ensanche más que la de agosto (como se muestra en la Figura 3). Esto explicaría por qué la duración de la tormenta de septiembre es mayor que la de agosto, ya que todo el frente de choque tarda más en pasar por el Solar Orbiter.
Por otra parte, en el evento de septiembre se detectaron mayores fluctuaciones del campo magnético antes de la onda de choque que en agosto, lo que provoca fuertes turbulencias. Según los modelos, estas fluctuaciones hacen que en promedio se queden más partículas de menor energía atrapadas en la onda de choque y no puedan escapar para llegar antes. Además, el perfil de energías del choque decae como E-1 en vez de como E-2, por lo que hay menor diferencia entre el número de partículas de baja y alta energía. Ambos efectos facilitan que el perfil de energía se invierta antes de la llegada del choque. En este artículo se presenta por primera vez esta teoría respaldada por las simulaciones, donde también se reproduce la inversión de las intensidades de partículas bajo estas condiciones de turbulencia y fuertes choques.
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